
Los experimentos sociales son una herramienta utilizada en la psicología social para estudiar el comportamiento humano en situaciones específicas. Estos experimentos se diseñan para analizar cómo las personas interactúan entre sí y cómo se ven influenciadas por el entorno social en el que se encuentran. A través de la observación y manipulación de variables, los investigadores pueden obtener información valiosa sobre la naturaleza humana y los procesos sociales.
Experimentos clásicos en psicología social
El experimento de Milgram sobre obediencia a la autoridad
Uno de los experimentos sociales más famosos y controvertidos es el experimento de Milgram sobre la obediencia a la autoridad. Stanley Milgram, psicólogo estadounidense, llevó a cabo este experimento en la década de 1960 para investigar hasta qué punto las personas estaban dispuestas a obedecer órdenes de una autoridad, incluso si estas órdenes implicaban causar daño a otra persona.
En el experimento, los participantes eran asignados al rol de «maestros» y se les pedía que administraran descargas eléctricas a un «aprendiz» cada vez que este respondiera incorrectamente a una pregunta. Sin embargo, el «aprendiz» era en realidad un actor que no recibía ninguna descarga eléctrica. A medida que el experimento avanzaba, las descargas aumentaban en intensidad.
El objetivo de Milgram era investigar si los participantes seguirían administrando descargas eléctricas a pesar de las súplicas y quejas del «aprendiz». Los resultados fueron sorprendentes, ya que la mayoría de los participantes continuaron administrando las descargas eléctricas, incluso cuando creían que estaban causando un dolor extremo al «aprendiz». Esto demostró la fuerte influencia de la autoridad en el comportamiento humano.
El experimento de Asch sobre conformidad
Otro experimento clásico en psicología social es el experimento de Asch sobre la conformidad. Solomon Asch, psicólogo estadounidense, realizó este experimento en la década de 1950 para investigar cómo las personas se ven influenciadas por la opinión de los demás y están dispuestas a conformarse, incluso si saben que están equivocadas.
En el experimento, los participantes se encontraban en un grupo de personas y se les mostraban una serie de líneas de diferentes longitudes. Se les pedía que identificaran cuál de las líneas de comparación era igual a una línea de referencia. Sin embargo, todos los demás miembros del grupo eran cómplices del experimentador y daban respuestas incorrectas de manera deliberada.
El objetivo de Asch era investigar si los participantes se conformarían con las respuestas incorrectas del grupo o si mantendrían su propia opinión. Los resultados mostraron que aproximadamente el 75% de los participantes se conformaron al menos una vez con las respuestas incorrectas del grupo, a pesar de que sabían que estaban equivocadas. Esto demostró la poderosa influencia de la presión social en el comportamiento humano.
El experimento de Stanford sobre roles sociales y la prisión
El experimento de Stanford sobre roles sociales y la prisión es otro experimento clásico en psicología social que se llevó a cabo en 1971 por el psicólogo Philip Zimbardo. El objetivo de este experimento era investigar cómo los roles sociales y el entorno pueden influir en el comportamiento de las personas.
En el experimento, los participantes fueron asignados aleatoriamente a los roles de «guardias» o «prisioneros» en una simulación de prisión. El experimento se llevó a cabo en el sótano de la Universidad de Stanford y los participantes se sumergieron completamente en sus roles asignados. Sin embargo, el experimento tuvo que ser interrumpido después de solo seis días debido al comportamiento abusivo y degradante de los «guardias» hacia los «prisioneros».
Este experimento demostró cómo los roles sociales y el entorno pueden tener un impacto significativo en el comportamiento de las personas. Los participantes se vieron atrapados en sus roles y adoptaron comportamientos que normalmente no mostrarían en la vida cotidiana. El experimento de Stanford planteó importantes cuestiones éticas y ha sido objeto de debate desde entonces.
El experimento de la teoría de la identidad social de Tajfel y Turner
El experimento de la teoría de la identidad social, desarrollado por los psicólogos Henri Tajfel y John Turner en la década de 1970, se centró en cómo las personas se identifican con grupos y cómo esto puede influir en su comportamiento hacia miembros de otros grupos.
En el experimento, los participantes fueron asignados aleatoriamente a grupos y se les pidió que distribuyeran puntos de recompensa a otros participantes. Los participantes tenían la opción de distribuir los puntos de manera justa entre miembros de su propio grupo o de manera desigual entre su propio grupo y otro grupo.
Los resultados del experimento mostraron que los participantes tendían a favorecer a los miembros de su propio grupo, incluso si esto significaba distribuir menos puntos de recompensa en general. Esto demostró cómo la identificación con un grupo puede llevar a la discriminación y el favoritismo hacia otros grupos.
Experimentos contemporáneos en psicología social
El experimento de la cárcel de Stanford
El experimento de la cárcel de Stanford es una recreación moderna del experimento original de Stanford sobre roles sociales y la prisión. Fue llevado a cabo en 2018 por la psicóloga Joana Gonçalves-Sá y su equipo de investigación.
En este experimento, los participantes fueron asignados aleatoriamente a los roles de «guardias» o «prisioneros» y se les pidió que interactuaran en un entorno simulado de prisión durante un período de tiempo determinado. El objetivo del experimento era investigar si los resultados del experimento original de Stanford se repetirían en la actualidad.
Los resultados del experimento de la cárcel de Stanford mostraron que, a pesar de las diferencias en el diseño y la implementación del experimento, se observaron patrones similares de comportamiento abusivo por parte de los «guardias» hacia los «prisioneros». Esto sugiere que los roles sociales y el entorno pueden tener un impacto significativo en el comportamiento humano, incluso en la actualidad.
Los experimentos sociales son una herramienta valiosa para comprender el comportamiento humano en situaciones sociales específicas. Los experimentos clásicos, como el experimento de Milgram, el experimento de Asch y el experimento de Stanford, han proporcionado información importante sobre la obediencia a la autoridad, la conformidad y los roles sociales. Los experimentos contemporáneos, como el experimento de la cárcel de Stanford, continúan explorando estos temas y arrojando luz sobre la influencia del entorno social en el comportamiento humano.